“No descarto la posibilidad de retirarme en Argentina”
Lo afirma el delantero argentino, Matías Recio, hoy jugando en
Asia. Además, nos cuenta donde comenzó a jugar, como llego a Deportivo
Italiano, sus pasos por Flandria y Sport Cartaginés de Costa Rica, entre otros temas.
-¿Donde y cuando empezaste a jugar al fútbol?
Empecé
a jugar en Estrella Federal, un equipo de barrio. Ahí empezó mi vida con el
fútbol.
-¿A
qué futbolistas admirabas de chico?
De
chico había varios futbolistas que me gustaban, pero mi ídolo es el más grande
de todos: Gabriel Omar Batistuta.
-¿Siempre jugaste de delantero?
De
chico jugaba en todas las posiciones, como lo hacen todos de chicos cuando
empiezan. Después, a partir de los diez
hasta los dieciséis años fui arquero. Increíble, pero me gustaba “volar” para
todos lados. La verdad, me sentía muy bien en ese puesto. Recuerdo que los
amigos de la escuela y del barrio me elegían siempre para que ataje en los
torneos. Se peleaban por elegirme, no sé si porque era bueno o porque me
querían (se ríe).
-¿Como llegaste a Deportivo Italiano?
Yo
jugaba en Atlético Uruguay de Entre Ríos, en el Argentino “B”, con cual
habíamos perdido con Súnchales, por los Octavos de la final, el ascenso al
Argentino “A”. Pero, igual realizamos una gran campaña. El destacado nivel que
tuve en ese certamen, genero que mi representante, que en ese momento tenía un
convenio con Atlético y Deportivo Italiano, me propusiera la chance de ir a
Buenos Aires para jugar en el equipo tano y ni lo dude.
-¿Cuando debutaste en Primera y de la mano de
quien?
Había debutado en México, en un equipo que se
llama Albinegros de Orizaba. Después, volví a la Argentina y jugué el Argentino
“B”. Luego, me fui a Deportivo Italiano, un equipo profesional, en el cual me
hizo debutar el DT (Rodolfo) Della Pica,
enfrentando a Temperley, en la cancha de Estudiantes de Buenos Aires, partido
que ganamos dos a uno. Me acuerdo que toda mi familia está mirando el encuentro
por tv, y que el estadio había mucha gente. Además, recuerdo que perdíamos uno
a cero al cabo del primer tiempo, pero al inicio del segundo tiempo, el Tano
Distefano empata las acciones, y esto provoco que Della Pica me mandara, junto
con Crespín a “calentar”, y este me dijo: “Mati,
seguro vas a entrar. Pensa que están tus familiares mirándote en Rosario. Ponelos
felices, entra y rompela”. Luego, me llamo el entrenador y me dijo:” Bueno, Matías, entra y hace lo mismo que
realizas en los entrenamientos”. Más tarde, ingrese y tuve la suerte de
hacer el gol de la victoria.
-¿Que destacas de tu paso por Brown de Adrogué
y Flandria?
Fui a
Brown porque el Director Técnico que estaba por ese entonces me pidió. Me decía
que me iba a utilizar. Pero jugué un partido, y en ese pleito entre en los
últimos diez minutos. Igualmente, hice muchos amigos, con los cuales después
estuvimos juntos en Flandria.
Por
otro lado, al Canario llegue después de estar seis meses entrenándome solo,
pero con muchas ganas de meterle, porque como siempre, entregue todo. En
relación a mi paso por el conjunto amarillo, la verdad, no me puedo quejar,
porque jugué muchos partidos, pese a que había delanteros de mucho renombre.
En
algunas ocasiones jugaba de delantero de área, y en otras oportunidades, por
afuera. Por otro lado, rescato el cariño enorme de la gente y de la dirigencia
de ese momento, porque hasta el día de hoy me escriben con palabras de mucho
afecto y cariño, y eso es lo mejor que te puede pasar.
-¿Cómo surgió ir a jugar a La Paz de Bolivia?
Los
mismos representantes que me llevaron a Flandria, y por intermedio de otro
empresario, me salió la posibilidad de irme a probar a Bolivia. En ese país,
estuve entrenado en el The Strongest, donde hice la pretemporada y me decían
que me habían hecho un precontrato. Estaba feliz, pero de la noche a la mañana
me dijeron que habían arreglado con otro delantero, así que imaginate como
estaba, “se me vino la noche”.
Pero, gracias
a un amigo argentino, que estaba en ese momento en el equipo aurinegro, Alejandro Mena, me abrió
las puertas de su casa para que me quede, y le pregunto a la gente de La Paz
Futbol Club si necesitaban delantero. Luego, después de jugar algunos partidos
amistosos en Perú, donde el Cienciano me quiso contratar, termine de sellar mi vínculo
con el elenco de la capital de Bolivia. Por otro lado, lo mejor de todo de lo
que viví en ese lugar es que ahí conocí a mi mujer, que me acompaña y está
conmigo en todo momento.
–Jugaste un tiempo en Sport Cartaginés de
Costa Rica, ¿cómo es el fútbol allí?
El
primer año que llegué a Costa Rica fue al Cartaginés, una institución muy
grande, donde debute como zaguero central ( sonríe), porque me acuerdo que no
había defensores y como nadie quería sacrificarse, el DT me dijo: “
Matías, vos tenes mucha experiencia, ¿ no nos podes ayudar en esa zona?”. Ni
lo dude, porque yo quería jugar como sea, en cualquier posición. Me decían de
arquero y también atajaba, no había problema.
Por otra parte, previo al partido, hicimos un
entrenamiento y la rompí, hasta salve dos goles de la línea. Después, en el día
del encuentro, iban 30 minutos y
perdíamos dos a cero y me culparon a mí por el resultado parcial.
Posteriormente, cuando termino el primer tiempo, me sacaron. Esto genero que me
agarrara una locura y quisiera retirarme. Además, cansado de algunas mentiras,
nos pusimos un restaurante con mi mujer, pero fue ahí donde mi “jermu” y un
representante panameño, actualmente amigo mío, me dijeron; “Matias, ¿de verdad queres dejar el fútbol?
Si vos lo amas”.
Más
tarde, mi amigo me dice: “Te vinieron a
buscar de Puerto Rico para jugar”. Pero, más tarde, me llamo el preparador
de arqueros del Cartaginés y me expreso: “Matías,
escucha, hay prueba en Paraíso, que queda a 15 kilómetros de Cartago. Asimismo,
ellos te quieren ver”. Así que, fui y anduve bien, porque me contrataron.
En ese equipo jugué 30 partidos e hice 26 goles.
En ese
momento, Paraíso, que estaba en la Segunda División, y peleamos por ascender a
la Mayor, pero perdimos la Semifinal con el Saprisa “B”. Por ese entonces, ya
estaba adaptado al fútbol de ahí, un fútbol duro, con mucho juego aéreo, aunque
también hay equipos que juegan muy bien como La Liga, Heredia y Cartagines.
-¿Cómo
se concreto tu llegada al fútbol de Asia? ¿Te costó adaptarte a otro país,
idioma, costumbres?
Estaba
entrenado en un equipo de jugadores libres en Rosario, y me llamo un
representante de Buenos Aires pero ver si quería irme a probar a Indonesia. Ni
lo dude y le comente al él: “Vos me
mandas a cualquier lado y yo voy no tengo problema”. Luego, al llegar a ese
país, me sorprendí de todo: desde el idioma, que yo con lo justo hablo español,
no te podes imaginar cómo era charlando en ingles, creo que decía “hello” no más.
Al
otro día de haber llegado a ese lugar, nos mandaron hacer un entrenamiento de
fútbol. Imaginate lo que era yo adentro de la cancha después de un viaje de 40
horas, robocop, un poroto al lado mío. Finalmente no deje una buena imagen. Después, me llevaron al
Persita Tangerang, en Yakarta. Estuve un mes a prueba, donde todos los días había
amistosos, para después firmar.
Por otro lado, no le entendía nada al DT. La
verdad, a ninguno de los que integraban al plantel, porque me hablan en
indonesio y no entendía nada, y en ingles menos. Deci que en el equipo había un
chileno, Luis Edmundo Duran Riquelme, un fenómeno, un amigo la verdad, que me
traducía todo y me ayudo muchísimo a mí y a mi esposa con respecto a la
adaptación.
Por otra parte, ahí tuve la desgracia o la
suerte, no sé cómo llamarlo. Porque me agarre tifus y malaria. Perdí 10 kilos
con esa enfermedad, estuve diez días internado, pero a las cuarenta y ocho
horas de haber salido del hospital, el entrenador, que me quería “limpiar”, me
dijo: “Matías, ¿estás para jugar mañana?”,
y yo, más loco que él, le dije que estaba excelente.
El día anterior al partido, hicimos fútbol táctico
para preparar la táctica para al otro día. Yo no me podía ni mover, me sentía
sin fuerzas. Posteriormente, cuando termino el entrenamiento, llegue a mi casa,
y en el baño vomite. Luego, me acosté y lo deje todo en mano del más grande,
Dios.
En el día del pleito, fui al estadio, el
Director Técnico se reía, porque que pensaba “a este lo saco a los diez minutos, así lo 'limpiamos '”. Pero, no solo jugué ese partido, si no que metí un hat trick. La
gente no lo podía creer, y yo, menos. También, recuerdo que la cancha explotaba
por la cantidad de personas que había. Ese encuentro fue un sueño.
Más tarde, después de haber jugado nueve
juegos y haber marcado siete goles, me salió una propuesta para ir a Vietnam, y
pensé “agarro un arma y peleo la guerra
en ese país”, porque cuando a uno le nombran a ese lugar, se te viene a la
mente la guerra. Pero, cuando pise suelo vietnamita, me di cuenta que mi
concepto era erróneo, ya que es un lugar tranquilo, muy hermoso y últimamente
creció muchísimo futbolísticamente. Así que, me fui a probar a SHB Danag, uno
de los mejores equipos de ahí, donde conocí a un gran amigo, Nicolás Hernández
Bocca, que me ayudo mucho a aprender a hablar en ingles.
Por
otro lado, en Vietnam, el mismo dueño de SHB Danag, maneja las acciones de otro
equipo, que se llama T&T Hanoi, que queda en otra ciudad, la cual es enorme
y tenes todo menos fernet y yerba, algo imposible de encontrar. Por eso, en
cada viaje que realizamos con mi mujer para volver a Asia nos traemos 20 kilos de yerba.
Además,
en Hanoi estuve y compartimos muchas
cosas con mi gran amigo, Gonzalo Damián Marronkle. También, con ese equipo salí
campeón de la Súpercopa y dispute la Champions
de Asia. La verdad, fue una experiencia muy hermosa. Asimismo, en el continente
asiático, casi todas las costumbres son iguales en Indonesia, así que no nos costó
mucho adaptarnos a la comida o como “manejarse”. Lo que más me llamo la
atención, es el respeto que hay en este país.
En
Thailandia jugué en Army United, donde estuve seis meses, jugué tres partidos y
metí dos goles. Luego, pase a Khon Kaen, equipo que estaba peleando por no
descender, pero gracias a Dios tuvimos una buena temporada e hice goles
importantes y zafamos de perder la categoría, que era el objetivo principal. Imaginate
los hinchas de ese club lo felices que estaban, y, obviamente, yo también,
porque una vez más, con sacrificio y mucho trabajo, salimos adelante.
También tuve otros grandes momentos en ese
sitio, como: la entrega del premio al mejor fair play, en el año y medio que
llevo en este equipo salí nueve veces el mejor jugador de la semana, en una
ocasión me eligieron como el futbolista destacado del mes, y en la actualidad,
queda un partido para que termine el campeonato, y estoy peleando por terminar
como goleador del torneo. Así que, la verdad, estoy muy feliz.
-¿Seguís al fútbol argentino? Y ¿te
gustaría retirarte en Argentina?
Si,
sigo el fútbol argentino. Amo a mi país. Lamentablemente no tuve la suerte de
poder seguir jugando en Argentina, porque mi destino fue otro. Pero no descarto
la posibilidad de volver, de retirarme o ser técnico ahí.
–Hasta ahora, ¿que partido que hayas jugado
nunca te vas a olvidar y por qué?
Tengo
dos partidos importantes en mi vida, que me marcaron, y cada vez que los
recuerdo, se me pone la piel de gallina. El primero, fue en Vietnam, jugando
para el SHB Danag, cuando enfrente a LS.Thanh Hóa. No solo porque marque cuatro
goles, si no porque uno de ellos lo hice de chilena, siendo este el mejor gol
del año. Y el otro pleito que jamás olvidare fue en Khon Kaen FC, en un partido
decisivo por la permanencia de la división, que teníamos que ganar o ganar y
ganamos dos a uno, teniendo la suerte de marcar ambos goles.
Tenes una larga trayectoria, ¿recordas
alguna anécdota que hayas vivido en los últimos años?
La
verdad, que en tanto años de carrera y tantas cosas vividas, tengo un montón de
anécdotas, pero una que se me viene ahora, rápido a la cabeza, sucedió en
Indonesia. Luego de haber entrenado, estaba cansadísimo y me estaba yendo del
predio, pero nos agarra el DT a mí y al chileno, y nos pregunta: “¿A dónde van”? “A dormir profe, estamos re
cansados entrenamos mucho. Queremos descansar”, le dijimos. Y el entrenador
nos responde: “nooooooooo, (sic) dormir
hace mal, por eso, hay que entrenar mas para que este se recupere”. (Sonrie)
Pensa lo que pude llegar a sentir en ese momento.
Otra anécdota que recuerdo se lleva a cabo en
Costa Rica. Estaba con un español como entrenador. Impresionante lo que sabía,
pero algo “loco”. Porque, en una oportunidad, estábamos en el entrenamiento
pateando tiros libres, no la metíamos ni al arco iris y de pronto se escucha: “ustedes, tienen que sentir la pelota
muchachos, por favor. Así no le hacemos un gol a nadie”. Instantes después,
el DT, se saco los botines y las medias, acomodo la pelota y la clavo en el
ángulo. No lo podíamos creer (se ríe). Más
tarde, nos hizo sacar a todos los botines y las medias para pegarle como lo hacía,
que personaje.
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